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Si alguna
vez has quedado con amigos y han prestado más atención a su teléfono móvil que a ti has sido víctima del Phubbing.
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Las personas
con menos autocontrol o con un excesivo miedo a quedarse descolgado de
cualquier plan son los más propensos a cometerlo, según los psicólogos.
Apunte el
término, Phubbing. Casi seguro que lo ha padecido en
más de una ocasión. Describimos la escena. Un grupo de dos o más personas
en un restaurante o en una cafetería o en el trabajo. Es muy probable que
alguna de ellas esté mirando su móvil y, por tanto, ignorando o prestando menos
atención a la conversación.
Esto es lo
que se conoce como Phubbing, un término acuñado hace tan sólo unos
años (8 exactamente) en Australia y que ya se estudia en las
Universidades de Reino Unido. La palabra se forma al unir Phone
(teléfono) y snubbing (que se traduciría como insultar o menospreciar). Así
el Phubbing consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña al
prestar más atención al móvil u otros aparatos electrónicos que a su
persona.
Y como para
todo comportamiento humano también hay una explicación para este. Carmen
Calvo, psicóloga del gabinete CIPS comenta a lainformacion.com que es un hábito
más, que viene dado por la evolución tecnológica. "el móvil es
un aparato muy útil y se ha convertido en imprescindible, el problema es
que no sabemos cuándo apartarlo, no diferenciamos lo que es realmente
importante cuando viene de él".
¿Por qué cometemos Phubbing?
Esa es la
clave, señala Elena Moreno. "Tenemos que aprender a diferenciar la
prioridad de las comunicaciones. Corremos el riesgo de pensar que todo lo que
nos llega por el móvil es más importante que lo que tenemos delante y por eso
siempre le prestamos más atención." "Nos hemos convertido en
adictos a la inmediatez y creemos que la respuesta, la reacción y la
publicación en redes sociales de cualquier momento o comentario tiene que ser
inmediato". No somos conscientes de que hablar con quien tenemos delante
también es importante.
Según los
últimos estudios los españoles consultan el móvil una media de 150 veces al día, y en cada estudio la cifra aumenta. Destaca la adicción a la
mensajería instantánea y la mayoría la utiliza incluso aunque esté trabajando.
De hecho, el 32% comprueba sus mensajes 4 veces a la hora.
Lo que no
tiene mucho sentido según los expertos es que utilicemos un aparato que sirve
para comunicarnos cuando ya estamos haciéndolo con otros. Varoth
Chotpitayasunondh y Karen Douglas son dos investigadores de la Universidad
británica de Kent que han analizado este comportamiento. Aseguran
que son más propensos a cometer Phubbing aquellas personas que padecen adicción
al móvil, que, además suele estar relacionada con otras adicciones como
la ludopatía.
Según el
estudio de estos dos británicos las personas con menor autocontrol son
más propensos a cometer Phubbing ya que no pueden controlarse y están
obsesionados con el teléfono. Otro factor determinante es el miedo y la
preocupación de quedarse descolgado de los eventos, sucesos y
conversaciones que están teniendo lugar en el círculo social. No quieren
perderse nada y eso hace que estén todo el día pendientes del teléfono móvil aunque, paradójicamente, eso les hace perderse
el presente inmediato y presencial.
El problema
es que este comportamiento empieza a convertirse en algo normal y
aceptable porque lo que se conoce como reciprocidad. Es decir cuando
se está con alguien y empieza a mirar el teléfono la otra persona hace lo mismo
o bien por despecho o porque se aburre y no sabe qué hacer en ese momento.
Ignorar repetidamente a otras personas al estar pendientes del móvil provoca
que los demás, de forma intencionada o no, lo devuelvan.
Y aunque es
un comportamiento que molesta a todos lo cierto es que por lo general el mismo
que es "ignorado" al final se convierte en
"ignorador" en el mismo encuentro o en sus relaciones con
otros. Esto sucede según los expertos, porque el aprendizaje social es básico
en la adquisición de nuevas conductas y este intercambio lleva a asumir el
falso consenso de que esta forma de actuar es algo aceptable e incluso
normal.
El Phubbing afecta a las relaciones personales
El Phubbing
está tan extendido que el simple hecho de ver un teléfono sobre la mesa
condiciona nuestra actitud hacia la otra persona. Lo
normal es que mostremos cierta desconfianza y la profundidad, cercanía y
calidad de conversación disminuye, sobre todo, cuando se habla de temas
emocionalmente relevantes.
Además, el Phubbing
puede afectar directamente a las relaciones más íntimas y tener cierta
influencia sobre nuestra calidad de vida. No es ningún secreto que resulta
mucho más sencillo enfrentarse a una persona de manera virtual que física. A
través del teléfono es más fácil no mostrar el aburrimiento por la conversación
en un momento dado, escaquearse de preguntas directas e incluso apagar si la
conversación empieza a incomodar. Eso no puede hacerse en el cara a cara.
Sin embargo los expertos avisan del riesgo de
frivolizar las conversaciones y perder la confianza y atención con las
personas más cercanas por culpa del móvil. Para evitarlo lo mejor es comentar a
la persona que lo hace que nos molesta, evitar hacerlo nosotros mismos e
intentar no monopolizar las conversaciones y si eso no funciona, siempre se
puede acudir a un paraje u hotel sin cobertura o a un local en el que
estén prohibidos los móviles, porque sí, ya los hay en algunas ciudades.
(Artículo de lainformación.com)